El Coraje: La Llave para una Vida Plena y Feliz

Querida amiga,

¿Alguna vez has sentido que el miedo te detiene justo cuando estás a punto de dar un paso importante? Tal vez ha sido el miedo al fracaso, a lo desconocido o al juicio de los demás.

Eso me ha pasado a mi muchas veces. Y por mucho tiempo me juzgaba por sentirme así hasta que aprendí que tener miedo es natural. El miedo está programado en nuestro cerebro para protegernos del peligro. Pero hay algo aún más poderoso que también llevamos dentro: el coraje.

El coraje no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de avanzar a pesar de él. Es el don que Dios nos ha dado para equilibrar nuestras luchas internas, para ayudarnos no solo a sobrevivir, sino a prosperar.

Me encanta como esta cita explica lo que es el coraje:

"Coraje. Esta es tu arma más poderosa para superar el poder instantáneo del sistema del miedo. No puedes superar el miedo sin coraje, porque el miedo está programado en tu circuito neuronal.

No existe tal cosa como una 'miedoectomía' [cirugía para quitarse el miedo😂]. Pero, si el miedo está programado eternamente en tu cerebro, también lo está el coraje.

Este proviene del neocórtex y es un producto del espíritu, el intelecto y las emociones superiores del amor y la generosidad…Es la cualidad que nos permite prosperar."

Esta cita me recuerda que el coraje no es algo externo que debemos buscar; ya lo tenemos dentro. Dios nos ha dado un espíritu de poder, no de temor. Como dice 2 Timoteo 1:7:

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio."

El Coraje y la Fe Caminan Juntos

Después de mi divorcio, me encontré en un punto de incertidumbre. Como madre soltera con recursos limitados, la idea de regresar a la escuela me parecía abrumadora. ¿Sería la decisión correcta? ¿Podría realmente hacerlo?

Con el corazón lleno de dudas, recurrí a Dios en oración, pidiéndole dirección. Ese día, al abrir mis escrituras, me encontré con esta invitación y promesa:

“Levántate, porque esta es tu responsabilidad, y nosotros estaremos contigo; anímate y hazlo.” (Esdras 10:4)

Esas palabras me llegaron derechito al corazón. Sabía que Dios me estaba llamando a actuar, a confiar y a dar un paso de fe. Aunque el miedo seguía presente, decidí aferrarme a esa promesa y me inscribí en la escuela.

No fue fácil. Hubo momentos de cansancio, dudas y desafíos. Pero a lo largo del camino, Dios realmente estuvo conmigo. Proveyó de formas que jamás imaginé, me dio fuerzas cuando sentí que no podía más y puso en mi camino personas que me apoyaron.

Hoy, al mirar atrás, veo con claridad que fue la mejor decisión para mí, para mi familia y para mi crecimiento profesional. Aquel paso de valentía no solo cambió mi futuro, sino que también me enseñó que, cuando confiamos en Dios y avanzamos con fe, Él abre caminos donde antes solo veíamos obstáculos.

El Coraje y la Felicidad

La felicidad requiere coraje:

  • El coraje de soltar el pasado y confiar en que Dios tiene algo mejor para ti.

  • El coraje de cambiar lo que sabes que no está funcionando en tu vida.

  • El coraje de vivir con autenticidad y no tratar de encajar en las expectativas del mundo.

  • El coraje de confiar en Dios cuando las cosas no salen como esperabas.

La felicidad verdadera no viene de evitar el miedo, sino de enfrentarlo con fe. Como dijo el presidente Thomas S. Monson:

"El futuro es tan brillante como nuestra fe."

¿En Qué Área de Tu Vida Necesitas Más Coraje?

Quiero invitarte a reflexionar:
🌿 ¿En qué área de tu vida sientes que el miedo te está frenando?
🌿 ¿Cómo te ayudaría confiar más en Dios y en la fortaleza que Él ha puesto en ti?
🌿 ¿Cuál es un pequeño paso de valentía que puedes dar hoy?

Recuerda, la felicidad no se encuentra en la ausencia de dificultades, sino en la valentía de enfrentarlas con fe. Dios te ha dado un espíritu de poder. Si hoy estás frente a una decisión difícil y el miedo intenta detenerte, recuerda: Dios está contigo. Anímate y hazlo 💛

Con amor,
Rocio Gomez,
Directora de Tiempo Para Nosotras

Anterior
Anterior

El Poder de Elegir: La Libertad que Dios Nos Dio

Siguiente
Siguiente

El Optimismo: Una Herramienta de Poder en Medio del Dolor