El Poder de Elegir: La Libertad que Dios Nos Dio

Hace unos años, me encontraba sentada en el comedor de mi casa, con la mirada perdida a través de la ventana. Afuera, un grupo de pajaritos volaba libremente por el cielo, danzando con el viento. Los observé con anhelo y pensé: ¡Cómo quisiera ser como ellos! Poder volar lejos, alcanzar mis sueños, sentirme libre…

Pero en ese momento, no me sentía así. Me sentía atrapada, como un pajarito enjaulado, prisionera de circunstancias que parecían estar fuera de mi control. La impotencia y la desesperación me envolvían, paralizándome, haciéndome creer que no tenía opciones.

Con el tiempo, y gracias a las palabras de Jesucristo, el amor incondicional de mi familia y la guía de una buena terapeuta, empecé a ver la verdad: yo tenía el poder de elegir. Con cada pequeña decisión que tomé, fui recuperando mis alas. Y cuando finalmente me atreví a usarlas, descubrí que la jaula nunca había sido real.

¿Alguna vez has sentido que la vida te arrastra en una dirección que no elegiste? Muchas veces nos sentimos atrapadas por nuestras circunstancias, nuestras responsabilidades o incluso nuestros propios miedos. Pero la verdad es que somos más libres de lo que creemos.

El Dr. Dan Baker escribió:

"Nada llena el alma como la libertad. La libertad es elección, y la elección es lo que nos hace humanos. Cuando elegimos, definimos quiénes somos. Todos tenemos el poder de elegir, pero las personas infelices no lo saben. Creen que es solo para los ricos. No es así. He conocido a miles de personas ricas que no se sentían libres. La elección está disponible para cualquiera que tenga el coraje de ejercerla."

La Libertad que Dios Nos Dio

Desde antes de venir a la Tierra, Dios nos otorgó un don divino: el albedrío. En 2 Nefi 2:27 leemos:

"Los hombres son libres según la carne; y todas las cosas les son dadas que son convenientes al hombre. Y son libres para escoger la libertad y la vida eterna, por medio del gran Mediador de todos los hombres, o para escoger la cautividad y la muerte."

Dios no nos ha enviado aquí para ser víctimas de la vida, sino para elegir. Podemos elegir nuestros pensamientos, nuestras respuestas a los desafíos y la dirección en la que queremos caminar. Pero, como dice Dan Baker, muchas veces no nos damos cuenta del poder que tenemos.

Nosotras sabemos que la verdadera libertad viene al escoger seguir a Cristo. Como Él mismo dijo:

"Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:31-32)

Cuando elegimos confiar en el Señor, dejamos de sentirnos prisioneras del miedo, la duda o la comparación. Elegimos la paz en lugar de la ansiedad, la fe en lugar de la desesperanza, la gratitud en lugar del resentimiento.

Desde aquel momento en que me sentía angustiada y atrapada, he ido aprendido que la única prisión verdadera es la que construimos en nuestra mente. Y que la libertad no viene de las circunstancias externas, sino de tomar las riendas de nuestros pensamientos y asumir la responsabilidad de nuestras elecciones. Porque al final, somos tan libres como nos permitimos ser.

La libertad no es solo para algunas personas privilegiadas. Es un don de Dios para todas nosotras. Que tengamos el coraje de ejercerla con fe y definir nuestras vidas con las decisiones que tomamos cada día.

💛 Con amor,
Rocio Gomez,
Directora de Tiempo Para Nosotras

Una Invitación

Hoy te invito a reflexionar:

  • ¿En qué áreas de mi vida he olvidado que tengo el poder de elegir?

  • ¿Estoy usando mi albedrío para acercarme más a Dios y a la persona que quiero ser?

  • ¿Qué decisión pequeña puedo tomar hoy para sentirme más libre?

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