“Mi paz os dejo”: Paz en Medio del Caos.
Querida amiga,
Vivimos en un tiempo de la historia donde parece que la paz se ha quitado de este mundo. Noticias de guerras, desastres naturales, enfermedades, pérdidas, tareas que no acaban y responsabilidades que no nos dan un descanso. A veces, creemos que solo podremos sentir paz cuando todo esto se resuelva. Pero Jesucristo nos ofreció otra clase de paz. Una que no depende de que todo esté bajo control. Una que habita dentro de nosotras.
La promesa de Su paz
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”
— Juan 14:27
Cuando Cristo dijo esas palabras en Juan 14, estaba por dejar a Sus discípulos. Ellos estaban a punto de enfrentar su mayor prueba: verlo crucificado. Y aun así, Él les ofreció Su paz.
Esta paz no es la que el mundo ofrece: no es una vacación, un momento de silencio o un escape. Es una presencia constante. Una paz profunda y firme que podemos experimentar incluso en medio del caos, la tristeza o la confusión.
🌷 Una historia personal
Recuerdo un momento particularmente difícil en mi vida: mi primer domingo después de mi divorcio. Fui a la Iglesia con el corazón apretado, las emociones a flor de piel y sin saber cómo me recibirían. Sentía una mezcla de vergüenza, dolor y vacío.
Durante la reunión de la Sociedad de Socorro, empecé a sentir que no pertenecía en ese grupo de mujeres con vidas casi perfectas. Sin embargo, al escuchar las experiencias que las hermanas compartían, el Espíritu me ayudo a ver que todas ellas estaban pasando por algo doloroso que las acercaba al Salvador. Que yo pertenecía ahí donde el Señor nos podía sanar a todas. Sentí el amor de Dios y mucha empatía por las otras hermana que estaban ahí.
No había cambiado mi situación, pero algo dentro de mí sí cambió. Sentí que Él estaba conmigo. Que me comprendía y que al igual que mis otras hermanas podía ayudarme a sanar. Que Su paz puede ser también mía.
Ese día entendí que Su paz no elimina el dolor, pero lo acompaña. Lo suaviza. Lo transforma.
¿Qué dice la ciencia?
La psicología moderna lo confirma: la regulación emocional es la habilidad de observar nuestras emociones sin dejarnos arrastrar por ellas. No se trata de no sentir, sino de no ser dominadas por lo que sentimos.
Estudios muestran que quienes desarrollan esta habilidad:
Tienen menos ansiedad y depresión.
Se recuperan más rápido de eventos traumáticos.
Toman decisiones más sabias bajo presión.
Las prácticas como la autorreflexión, la gratitud, la oración y el apoyo social son herramientas validadas para fortalecer esta regulación.
¿Y qué tiene que ver esto con el evangelio?
“Y si tenéis fe, esperanza y caridad, siempre abundaréis en buenas obras.”
— Alma 7:24
Estas tres virtudes son como tres pilares que sostienen nuestra paz interior:
Fe: confiar en que Dios está al mando, aunque no entendamos todo.
Esperanza: creer que el futuro puede ser mejor, incluso si el presente duele.
Caridad: salir de uno mismo para amar y servir, lo cual calma el alma.
No es coincidencia que quienes desarrollan estas virtudes también muestran resiliencia emocional, como confirman los estudios de psicología positiva.
“La paz duradera viene solo al seguir al Príncipe de Paz.”
— Presidente Russell M. Nelson
Tips prácticos para hoy
Aquí tienes tres cosas que puedes hacer hoy mismo para comenzar a cultivar esa paz interior:
Respira con intención
Cierra los ojos. Inhala contando hasta 4. Sostén el aire por 7 segundos, y luego exhala por 8. Hazlo 3 veces. Siente cómo tu cuerpo se calma.Escribe una promesa de Cristo
Anota Juan 14:27 o Filipenses 4:7. Llévala contigo durante el día. Léela cada vez que sientas ansiedad.Ora solo para sentir Su paz
A veces oramos para que se resuelvan problemas. Hoy, ora simplemente para sentir Su presencia.
Conclusión: Su paz también es para ti
La promesa sigue en pie. No necesitas esperar a que todo esté bien para sentirte bien. La paz que Cristo ofrece no es condicional. Es un regalo espiritual y emocional que transforma tu interior, sin importar el exterior.
Y lo más hermoso es que Él está dispuesto a dártela hoy.
Con amor,
Rocio Gomez,
Directora de Tiempo Para Nosotras